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viernes, 4 de mayo de 2007

CRONOS EL SUPERBOSS

Cuenta la mitología que Cronos tenía tanta sed de poder que atentó contra su padre Urano con la intención de ocupar su lugar, ya que éste era el amo y señor del universo. Urano mal herido, le maldijo a experimentar la misma suerte en manos de sus hijos, por lo que Cronos decidió devorarlos al nacer. Esta historia mitológica llevada al ámbito de la empresa es a lo que los sesudos expertos en RRHH llaman síndrome de Cronos, es decir el miedo patológico a ser desplazados, surgido por la necesidad de mantenerse seguro y no ser alcanzado por alguien que atente contra él, evitando a cualquier coste la posibilidad de ser desplazado por lo que cercan su territorio para evitar mostrar sus debilidades, carencias, temores o perder su poder delante de quienes se lo han otorgado, por lo que orientan todos sus esfuerzos a evitar que algunos subordinados puedan atentar en contra de la estabilidad de su cargo, no demostrando por conisguiente un comportamiento ejemplar o ético.

Este "miedo a ser desplazados" hace que muchos jefes sientan vértigo a delegar, porque piensan que si dejan hacer demasiado, pueden ver peligrar su puesto sin pensar que las personas a las que les apasiona el control destruyen el talento y buscan la sumisión u obediencia y no el compromiso. Se comportan como la florista de la calle de Alcalá, esa que viene y va con los nardos apoyaos en la cadera, con la única diferencia de que el feje viene y va con un puñado de responsabilidades apretadas contra su pecho, por miedo a que se las arrebaten, con la lengua fuera y dejándose la salud física y mental en tal afán, pero... ¿acaso no nos devora a todos ese ansia de acaparar en algún tramo de nuestra trayectoria profesional?
De dónde viene ese ansia, esa ambición mal entendida de acaparar el mayor número de responsabilidades, tareas, encargos, diligencias y hasta alguna que otra chapucilla fuera del ámbito de responsabilidad para hacer ver lo imprescindibles que somos? ¿Acaso un jefe debe saber de todo? Vale, de acuerdo... es cierto, hay jefes que son de otra raza: Son lo que se llama los Superboss.
Sin embargo, el permanente ejercicio de delegar, de repartir juego, de despojarnos de algunas de nuestras atribuciones para irlas cediendo a otros es, en primer lugar, de lo más saludable y razonable... En segundo lugar, delegar es, además, de justicia: no por mucho acaparar nos moriremos más tarde... , del mismo modo que nadie se lleva sus riquezas a la sepultura, es incontestable que tampoco nadie, se lleva sus tareas a la tumba... Por consiguiente, es justo que, a medida que pasan los años, tengamos la decencia y la generosidad de enseñar a otros lo que de otros aprendimos en su día, lo que sabemos, lo que tenemos bien experimentado y, cuando consideremos que la transmisión ha culminado con éxito, le pongamos la guinda delegando tareas, funciones, responsabilidades y decisiones. De este modo, tal vez no tengamos que llegar a la terrible encrucijada de delegar o cascar de agotamiento.
Pero, ¡ojo!... Ojito, porque hay mucho listillo en ambos sentidos; unos delegando y venga de delegar (son los que yo llamo Conejo negro: No los hacen trabajar ni los magos) y otros que no paran de acechar como buitres carroñeros (Los llamados toallón de baño: Te envuelven, te secan y te quedas en bolas)
En este ejercicio, de delegar, hay tres sinvergonzonerías que considero inaceptables: 1) Delegar únicamente lo penoso: Mira el favor que te voy a hacer... Te vas a encargar de realizar en mi lugar esta tarea que parece insoportable y fatigosa... Tal vez lo sea, macho... Pero no creas que me estoy escaqueando: te la paso para que hagas mérito ante el jefe supremo... 2) Delegar más de lo necesario: Debemos ser precabidos ¡Hay mucho trepa sin escrúpulos acechando y cuando te quieres dar cuenta te han quitado la silla sin haberte ido a Sevilla, que una cosa es dar la mano y otra muy distinta es que te cojan el brazo entero 3) Delegarlo todo, absolutamente todo para dedicarse uno a rascarse la barriga tan ricamente. Esto puede parecer el colmo de la generosidad, pero también puede ser el colmo de la pereza, de una cara más dura que el cemento. Así que ¡atención a lo que uno acepta por delegación porque le pueden cargar hasta una vaca en brazos!.

Con la experiencia que poseo hoy día, y por ser "jefecillo" también, considero que lo que se necesita de un feje es que sea lider y no un SUPERBOSS, y ser lider es ser un conocedor sin ser un experto, es ser un creador sin ser un inventor, es ser un descubridor del potencial que tienen las personas a su alrededor y las pone en práctica, visiona, estable rutas, fija estrategias, motiva, modela, cumple con lo que dice que va a hacer, trabaja en equipo y es uno más del equipo, cree en el conocimiento y la capacitación, es humilde, posee caracter firme, reconoce los errores, hace las veces de asesor con su personal, da siempre el primer paso y tiene capacidad pegadogógica para enseñar a sus subordinados lo que él ha aprendido en sus años de experiencia. Pero la cualidad más importante que debe tener un jefe, me parece a mí, es que sea lo suficientemente honesto para reconocer, sin mezquindad, que sus subordinados pueden llegar a ser mejores que él y que no gane indulgencias ni loas con el trabajo que otros han realizado, que sepa motivar al logro, e incentivar sin amenazar. Pero lo más esencial, y sin lo cuál todo lo anterior es un fracaso, es que el jefe debe ser una persona con un alto nivel ETICO. Repito, sin esta cualidad todas las cracterísticas anteriores no sirven de nada.
Todo esto es como el mundo ideal de Aladín , pero como "todo se pega menos lo guapo", "de lo que se come se cría", y los defectos se suelen ver en los demás y no en uno mismo , tal vez yo también padezca ahora o en el futuro el sindrome de cronos. De momento como medida de prevención, como me han dicho que aún no hay vacuna, dejaré el traje ajustado, la máscara, y la capa de superhéroe en el armario, porque dicen que los cementerios están llenos de superhéroes, y a mi me queda aún mucho por vivir...y por trabajar.

P.D. Malo ya lo sé....Ya dormiré cuando esté muerto...¡Pero es que tengo un sueño...! De momento seguiré haciendo los deberes los viernes por la noche como cuando era pequeño, así si duermo un poco la mañana del sábado no pasa nada.
Besos para las chicas y abrazos para los chicos.

1 comentario:

Tono dijo...

Que Morfeo te trate bien, has hecho un gran trabajo y mereces descansar. Sueña con Ninfas (al ser posible golfas y sin escrúpulos, jeje).

En consonancia con el tuyo, a ver si luego hablo de la familia y el trabajo.

Muy bueno.

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