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domingo, 22 de abril de 2007

AYUNAR A LOS 65 AÑOS

Sacando del armario mi látigo y el yugo opresor, mientras releía esta mañana la ley de igualdad para preparar una reunión con el comité de empresa, me he puesto a pensar en cómo será mi futuro dentro de treinta años cuando me jubile, si es que llego, dando por finalizada así mi actividad literaria del fin de semana.

La ley de Igualdad para la vicepresidenta del ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, se trata de "un paso de gigante" y "deja atrás siglos de discriminación. Oyendo esas categóricas declaraciones, yo me pregunto: ¿Es correcto dejar de discriminar a un colectivo para empezar a discrimar a otro? ¿No supone esto darle sólo una vuelta a la tortilla?

Los que me conocen, saben bien que que estoy convencido que lo que debemos valorar de las "PERSONAS" no es su sexo sino sus capacidades y sus cualidades tanto en el mundo laboral como en la vida personal, por lo que nadie me puede calificar de machista ni tampoco de feminista. Si esto es así y entedendieramos correctamente el sentido de IGUALDAD ¿qué sentido tiene imponer a los empresarios la paridad en los consejos de administración de las empresas ¿No supone esto una ofensa para las personas a las que se quiere favorecer puesto que por encima de sus méritos y su capacidades, se les evaluará por el género? Si yo fuera mujer y me ascendiran por mi sexo a pesar de ser consciente de que mi rival (hombre) está más capacitado, me sentiría ofendido, lo mismo que si fuera el caso contrario.

Por otra parte como todos sabemos, la cotización a la Seguridad Social de los trabajadores que hoy en día están en activo sirve para financiar las pensiones de nuestros jubilados. Este razonamiento tan sencillo es la principal característica del sistema de reparto previsto para la financiación de las pensiones de la Seguridad Social, pero ¿cuado más o menos dentro de treinta años nos toque jubilarnos a nosotros quedará algo en las arcas del Estado?

Sé que lo que voy a decir es politcamente incorrecto, pero ¿Conciliar la vida laboral significa que unos pocos trabajen para que otros cobren y coticen para criar a sus hijos?

Me explico: Imaginemos una mujer trabajadora que se queda embarazada, y como en la mayoría de comunidades el tema del riesgo durante el embarazo sé que cuela con relativa facilidad independientemente de que exista el riesgo al que presuntamente está expuesta, lo solicita y se lo conceden. Pues bien 9 meses de baja, más el descanso por maternidad, más las vacaciones del año pasado y coño las de este también. ..Esto hace un total de 15 meses...¡¡ah!! y como ahora también existe la contingencia de riesgo durante la lactancia pues, como me concedieron en su día la de riesgo durante el embarazo, haber quien es el guapo me dice que no me la concede...esto son 9 meses más, es decir un TOTAL DE 24 MESES que ha cobrado y cotizado al 100%, y además mientas ha criado a su hijo....¿y si esto no acaba aquí porque al darse cuenta que conciliar la vidad laboral y familiar como lo ha hecho no ha sido tan difícil como pensaba, decide volverse a quedar embarazada? Estaríamos metidos en un bucle infinito...

Si no se toma en serio este tema y se toman medidas para evitar abusos y no se empieza a actúar con criterio, creo que no voy a poder jubilarme a los 65 años, porque con lo que me pagaría el Estado no me llegaría para comer todos los días.
Sé que no queda muy decir esto, pero creo no se puede defender lo indefendible y que todo tiene un límite

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