Tengo un buen amigo que por razones personales, que no vienen al caso, deja un puesto directivo en un importante grupo de empresas. Han estado buscando el relevo durante meses entrevistando a cientos de personas, de ellas 15 o 20 más en serio. Y mientras a más gente se entrevistaba, más le gustaba a mi amigo su candidato interno, por el que apostó desde el inicio, aun cuando no tuviera una amplia experiencia de base fuera de la empresa. Su apuesta se fundamentaba en que al tratarse de una empresa muy peculiar con sutilezas muy importantes, el candidato interno, debido a que ha estado en la empresa desde hace tiempo posee una compleja comprensión de las características y la cultura organizativa y puede aprender del mundo exterior más fácilmente de lo que una persona ajena podría hacerlo. En definitiva, considera que es mejor una persona con menos experiencia pero que realmente conozca el negocio y en la que la gente confíe, que traer a alguien de fuera que quizás les destruya.
Hablaron con muchos profesionales brillantes , con talento y con amplia experiencia, pero parecía que lo que más les preocupaba era cómo cambiar esta empresa o cómo ponerle su marca personal y no ¿cómo voy a entender yo esta empresa?, cuando lo que están buscando no es a alguien que llegue y lo cambie todo, sino que buscan a alguien que llegue y dirija su modelo de negocio.

Talento. ¡Me gusta esa palabra! Tan diferente de "empleados". Tan diferente de "personal". Tan diferente de "recursos humanos". ¡Talento! Sólo pronunciar la palabra hace inflarte

Desde aquí quiero desearle mucha suerte al candidato seleccionado, ya que el listón ha quedado demasiado alto. Muy dificil de igualar y mucho más de superar.
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